Les Revolucions posteriors a RF

                                   

Les Revolucions del 1830 

Van ocòrrer a mitja Europa occidental i va donar l'accés definitiu al poder a l'inquieta burguesia que ho buscava des de la RF. Vaser el trionf del Liberalisme ja que els moviments liberals i nacionalistes es venien gestan des del primer terci de segle.

En Francia las revueltas populares no cambiarían nada pues el liberal La Fayette acabó convenciendo a los republicanos que aceptasen la monarquía. Todo empezó con las revueltas en la calle cuando los industriales y comerciantes lanzaron a sus obreros cerrando sus tiendas y dejándolos en manos de los agitadores. Se añadieron los estudiantes que gritaban ¡Abajo los Borbones! ¡Viva la República!  El rey Carlos X (conservador) envió al Mariscal Marmont para dispersarlos; mientras 30 diputados liberales redactaban un texto de protesta contra las Ordenanzas pues no apoyaban las revueltas.

La Fayette (anciano militar) y el banquero Laffitte, diputados liberales, que habían conspirado, no querían salir a la luz y sólo aceptaron el texto que se redactó; algunos soldados se pasaron a los insurrectos. Al mediodía del 29 de julio la capital estuvo tomada por los insurrectos. Los liberales salieron a tomar las riendas y que la cosa no cayese en manos republicanas, La Fayette se hizo cargo de la Guardia Nacional; el rey abdicaba en su hijo pero la gente no lo quería y abdicó al trono el 3 de agosto ante los revolucionarios. Los liberales, en casa de Laffitte y con el periodista Adolphe Thiers, tramaron transferir la corona al de Orleans; La Fayette, con su prestigio, convenció a los republicanos y aceptaron a Luis Felipe. Todo siguió igual a pesar de la revolución y volvió la monarquía porque habían triunfado las ideas liberales. 

En los Países Bajos Guillermo I, siendo holandés, gobernaba a la vez a belgas, católicos pro franceses y floreciente burguesía industrial, ofendidos por la conducta del rey, y a holandeses, anti-franceses, protestantes y agrícolas. El 25 de agosto, el liberal De Potter, con ayuda francesa, enarboló la tricolor en Bruselas y luego se hizo en todas las ciudades belgas. Se formó su Guardia Nacional. Guillermo pidió ayuda a Prusia pero Francia le amenazó con que intervendría si se apoyaban en otro. El 27-IX los holandeses se retiraron y el 4-X se formó un gobierno provisional belga de liberales y católicos que proclamó la independencia. Ofrecieron la corona a Leopoldo de Sajonia, protegido inglés que se alió con Francia al casarse con María Luisa de Orleans, hija de Luis Felipe. 

En Polonia fracasó la movida al ser satélite rusa desde 1815, su rey era el mismo Zar y ello dejó heridos los sentimientos patrióticos. Con Nicolás I (XII-1825) el movimiento nacional fue tomando fuerza y se organizó como sociedades secretas: la de moderados que aceptaban la autonomía; y los liberales que querían la gran Polonia, república independiente y liberal. La sublevación estalló el 29-XI-1830 en la Academia de Cadetes de Varsovia; se proclamaron independientes y el General Clopicki se nombró Dictador pero no les llegó ayuda de Occidente y el Zar los aplastó en la guerra de enero a septiembre del 1831. Hubo represión rusa muy dura y Polonia pasó a ser sólo una provincia rusa.

En Italia hubo sus intentos agitándose algunas regiones pero Austria los reprimió por lo que creció el sentimiento nacionalista y anti-austriaco. Del 31 al 33 se agitaron España, Portugal y Suiza donde acabaron instaurándose regímenes liberales.

 

Las revoluciones de 1848 

Fueron el más grande proceso en cadena de ese siglo que alcanzó a Europa occidental y central salvo Inglaterra. Era una lucha entre "la riqueza dinámica" de los industriales, comerciantes, y "la riqueza estática" de los rentistas porque los nuevos burgueses querían meterse en el poder. Las ideas socialistas se difundieron extraordinariamente y dos jóvenes desconocidos, Marx y Engels, publicaban su Manifiesto del partido comunista. 

Reinaba el descontento político tanto en Occidente con régimen liberal doctrinario en manos de una minoría intelectual y altoburguesa así como en el Centro y en Oriente que todavía seguían teniendo monarquías absolutistas y surgían los nacionalismos checo, húngaro, italiano bajo el Imperio austriaco. Además hubo descontento social pues en 1846 y 47 habían tenido muy malas cosechas y la escasez de pan trajo la de la patata que era su substitutivo; hubo un excesivo incremento de la producción y el inevitable excesivo stock. A la crisis del textil le siguió la siderúrgica y los kilómetros de vía ferroviaria construida no sustituyeron al bocata: la caída de las compañías ferroviarias arrastraron a la siderúrgica: cientos de miles hubo en el paro, en la calle, y los salarios bajaron un 30% a la vez que los precios alcanzaban su nivel más alto; en el norte de Francia el grano había subido del 100 al 150%.

En Francia afectó mucho lo ferroviario que se sumaba a la sequía del 46-47. Las masas populares eran ganadas por los socialistas y se lanzaron a la protesta; la Guardia Nacional se negaba a obedecer y poner orden. Luis Felipe abdicó en su nieto pero los amotinados asaltaron la Cámara (24 de febrero) y el 25 se proclamaba la República. Se constituyó un gobierno con demócratas y socialistas que no pudieron acordar un programa común y se convocaron elecciones (23 de abril) con sufragio universal. Los socialistas entendieron su error estratégico; el pueblo eligió 600 republicanos, 250 monárquicos y 20 socialistas. Los socialistas quisieron disolver la Asamblea por la fuerza que sólo servía para aumentar la reacción contraria; se redactó una Constitución moderada. En noviembre hubo elecciones presidenciales y salió Luis Bonaparte que aunaba la tradición revolucionaria con el buen orden y se ganaba a las masas católicas: empezaba el segundo Imperio conservador y aristocratizante.

En Alemania también hubo triunfo revolucionario pero fracasó al recoger los frutos donde tenía menos interés lo socialista. 

En Prusia estalló el descontento que provocado por Federico Guillermo IV que reunió las corporaciones provinciales en una Corporación única nacional pero sin buena representatividad. El descontento le daba pie para intentar realizar el sueño de una Asamblea pangermana de todos los estados alemanes. La Asamblea Nacional se reunió el 18 de mayo (Parlamento de Frankfort) y tras mucha pelea se consiguió la unificación (63-70) por manos del poder fuerte prusiano y por Bismarck.

En Viena estallaba la revolución a la vez que Federico Guillermo IV claudicaba en el 48 ante los liberales de Berlín; el Emperador huyó y cayó el viejo canciller Metternich. La archiduquesa Sofía concedió una Constitución como pedían, estilo belga, pero las tropas austriacas –una vez acabada la revolución de Italia- cruzaron los Alpes y aplastaron la revolución subiendo al trono a Francisco José, sobrino del Emperador huido Fernando. 

En Italia comenzó la revolución en Nápoles (enero) y su rey dio carta liberal. El rey piamontés había de hacer lo mismo y luego Parma y Módena. Cuando levantaron el Estado Pontificio, Pío IX tuvo que huir a Gaeta en el coche del embajador español Martínez de la Rosa y se proclamaba la República en Roma a la vez que en Venecia y Milán. El piamontés trataba de canalizar todo hacia la integración, como hizo Prusia al otro lado de los Alpes, pero el mariscal austriaco Radetzki derrotaba al piamontés y dejaba todo el norte calmado bajo Austria. Quedaba aplazada la unificación italiana hasta el 60-70.

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