Una ullada a Amèrica del nord
Quan va arribar l’home blanc al segle XV-XVI, Angloamèrica estava ocupada feblement per uns pobles natius estimats en més d’un milió d’individus, dos terços d’ells a l’actual USA i la resta a Canadà, Alaska i Groenlàndia. Tribus que van ser reduïdas de manera considerable tant per les guerres com per les epidèmies i especialment l’alcohol amb el que es feia intercanvi comercial amb armes pero, sobretot amb el whisky, per destrossar física i psicològicament els natius.
El “nuevo mundo” descubierto por los europeos recibe diversos nombres según opinan unos u otros y acaba siendo América en honor del florentino Almirante Américo Vespucio (+1512 con 58 años), no por Cristóbal Colón y cia. Vespucio era quizá el jefe de la expedición castellana realizada con dos carabelas en 1499-1500 que arribaron desde Canarias. América se tiene por 2 ó 3 continentes, el del Norte y del Sur salvo que se especifique la del Centro. Se distinguen Anglo-América e Hispanoamérica como fruto de dos colonizaciones y dos concepciones distintas de la vida. La “anglo” es de formación calvinista y moderna que inició su vida en el siglo XVI, después de la Reforma en cambio la “hispánica” es de formación católica y medieval. Con el tiempo se puso una nueva denominación para el centro y el sur, naciones de habla castellana o portuguesa y se le llama Latinoamérica.
A partir del siglo XVI empezó la penetración europea por el norte con colonos franceses e ingleses que desde el Atlántico, con un frente lineal hacia el Oeste, fueron eliminando a las tribus, como a los bisontes, y ocupando las tierras de la manera más continua posible. En 1776, las 13 colonias fundadas en la costa atlántica, constituyeron los 13 Estados de la Federación. El verdadero desarrollo demográfico y económico empezó en el siglo XIX por la migración desde el “viejo mundo” debida a las dificultades de adaptación a la revolución industrial, lo que acentuó su cosmopolitismo. Desde 1619 llegó la población de color negro y los problemas de la esclavitud condujeron a la guerra de Secesión y a su abolición en 1863. Otro siglo hará falta, al final del segundo milenio, para el reconocimiento de los derechos ciudadanos de esas personas y de los amerindios.
Además de la población de
color amarillo, hay que contar con las dos grandes oleadas de inmigrantes en
1881-90 y 1903-14 y una tercera en la 1GM, aunque menos numerosa. En total se
formó una sociedad pluralista de razas y lenguas también europeas: británicos,
irlandeses, alemanes, escandinavos, italianos y eslavos (balcánicos, rusos y
polacos). La Constitución de 1788 dejaba libertad religiosa para los cargos
públicos pero la primera enmienda del 91 prohibió legislar una religión
establecida e impidió la libertad religiosa. Entre 1790 y 1860 llegaron más de
2 millones de católicos irlandeses y alemanes con la consiguiente tensión con
los nativos no católicos. Los irlandeses se molestaron con la dominación
francesa y forzaron a Roma que nombrara irlandeses en dos nuevas diócesis para,
con otras dos que ya tenían, quedara equilibran su causa.
Mientras, fueron llegando muchas órdenes y se fundaron otras, siendo un período en el que destacaron grandes prelados en el sur que dejaron profunda huella católica; se fundó la Universidad Católica de Washington y otras muchas. Se crearon misiones para los “indios” y ayudaron a las de otros países.
Desde el 1830, al llegar más
católicos, los nativos se lanzaron a la opinión pública creando periódicos para
escribir relatos de exmonjas y sobre la supuesta inmoralidad de los conventos
de tal modo que el pueblo se animó a quemar el convento de las Ursulinas de
Charleston (Massachusetts). En la década de los 40 se incrementó el ataque de
los nativos que lograron evitar la ayuda estatal para las escuelas católicas y
consiguieron que en ellas fuera obligatoria la lectura de la Biblia
protestante. Por otro lado, alguien lanzó la voz de que eran los católicos los
que querían destruir el protestantismo y se quemaron iglesias en Filadelfia
mientras los cristianos no católicos, sin embargo, no apoyaban la violencia de
los nativistas. Mientras tanto, el obispo Carroll y los jesuitas tenían
esclavos a su servicio.
Durante la época del liberalismo (1865-1900) llegaron otros 3 millones más de católicos italianos, polacos, austriacos y húngaros. La guerra civil conservó la unidad católica, no así la de los cristianos no católicos que se pulverizaron en un montón de sectas. En la postguerra, los católicos consiguieron cierta aceptación entre la minoría culta aunque en 1887 se creó la American Protective Association para combatir a la Iglesia y excluir a los católicos de los cargos públicos. Por entonces los irlandeses dominaban la Iglesia gracias a su habla inglesa y por ser más liberales pues querían adaptar la Iglesia a la vida moderna americana y no hacer caso del Derecho canónico (CIC) que sólo era legislación romana y dieron pie al llamado "americanismo" o la nueva concepción de las relaciones Iglesia - Estado en USA. Pío X lo citó como una especie de modernismo a la vez que dijo que USA ya no era país de misión.
Entre 1900 y 1920 llegaron otros 3 millones y medio más y en 1947 el Cardenal José E. Ritter alzó la voz para suprimir el racismo en las escuelas católicas. En el ámbito político, sólo han aparecido dos presidentes católicos: Alfredo Smith que fue primer candidato demócrata en el 28 y John F. Kennedy, también demócrata, elegido Presidente en el 60, y asesinado en XI.64. Durante el Concilio Vaticano II esta Iglesia contaba con 50 millones de fieles del total de unos 200 millones de habitantes con 6 cardenales, 305 escuelas superiores y universidades católicas con 440.000 estudiantes; más de 2 mil colegios de Enseñanza Media con 1 millón de alumnos y 10 mil escuelas de Primaria para 4 millones de alumnos. Juan Pablo II designó en abril 1997 como obispo de Denver al capuchino Charles J. Caput, de 52 años, que pertenece a la tribu de los potawatomi, uno de los dos indígenas de la jerarquía norteamericana. Por primera vez los niños hispanos superaban a los afroamericanos. Los hispanos pueden llegar a ser la mayoría racial del país para el año 2.050.
El republicano Nixon tuvo dos
mandatos (1968 y 72) y fue el primer Presidente que visitó URSS y China. Antes
de terminar su segundo mandato (74) sufrió el proceso de impeachment (impugnación de su titularidad presidencial) por el Watergate (espionaje del otro partido,
el demócrata) y tuvo que dimitir. En abril del 75 USA abandonó la guerra del
Vietnam, que caía en manos comunistas, con un balance de 47.752 soldados
muertos, 10.000 más que en la guerra de Corea y sólo 3.000 menos que en la 1GM.
En 1976 el demócrata Carter, por la invasión soviética de Afganistán, canceló la venta de trigo a URSS y boicoteó los Juegos Olímpicos de Moscú (1980). El deterioro recibido de Nixon y su provincialismo hizo que USA tocara fondo en su prestigio mundial. Las elecciones de ese año 80 dieron la victoria a Ronald Reagan, reelegido en el 84, que con un programa económico liberal emprendió la regeneración económica y la militar participando en la pacificación del Líbano, expulsando a los asesores cubanos de la isla de Granada, vigilando Centroamérica, especialmente Nicaragua, y frenando los alardes provocadores del Presidente libio Ghadafi que apoyaba el terrorismo de diversos países. La “guerra de las galaxias” y el reto americano de la informática y la cibernética facilitó la ruina de la URSS por falta de competitividad debido a su política económica militarista, su extensa corrupción en las “nomenklaturas” o grupos privilegiados económicamente, y las miserables condiciones de vida de la población soviética.
Norteamérica atrajo a muchos
sin percibirse que EEUU o USA era protestante y pragmática, donde lo económico
es el referente para establecer una jerarquía de valores, en tanto que
Hispanoamérica era católica, idealista, teocrática y humanista. Las diferencias
se acentuaron en el siglo XIX cuando la diplomacia del dólar y el interés
económico por Hispanoamérica hicieron que USA penetrase en el sur por las
armas, la política y el dinero, originando recelo, temor y odio a los “gringos”. Después de la 2GM creció el
interés también estratégico porque la lucha ideológica entre los dos bloques
hizo que calase la infección marxista de todo el centro y sur americano. Con
todo, Hispanoamérica seguirá recelosa y odiosa creyendo que todos sus males
proceden sólo de sus vecinos norteños.

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