FINAL DE L’EDAT MITJA (II)

Moviments espirituals heterodoxos

 


En tot el s. XIV l’Inquisició havia perseguit sense grans èxits a valdenses, begards i als “Germans del Lliure esperit”. Per les condicions econòmiques i l’excedent femençi entre la noblesa i l’alta burgesia, van florir les beguines que es van desenvolupar com els franciscans i tornarien a "explotar" al segle XVII encara que la Revolució francesa i la vida moderna les va portar a l’extinció. 

Las beguinas eran solteras y viudas, sin votos, con vida monástica en el mundo como las «beatas» españolas y las «humiliatas» lombardas. Vivían en casas amontonadas y cercadas, unas 100 a modo de ciudad, con enfermería, calles, plazas, iglesia particular, noviciado y convento para las que quisieran vida comunitaria. Nacieron en Bélgica en 1170 cuando las mujeres piadosas no llegaban a caber en los monasterios y se conformaban con casa propia o en la de sus padres. El cardenal Protector, en 1216, obtuvo la aprobación del papa Honorio III. En Bélgica y Renania llegaron a ser el 5% de la población femenina urbana (en el s XX en Valencia serían 25.000). En Gante, uno de los tres beginagios ¡tuvo 800! Se dedicaban a obras de misericordia y a trabajos manuales del textil (apresto de telas). 

Los begardos eran “religiosos laicos” belgas y renanos que cuidaban enfermos, dementes y apestados. Usaban conventos abandonados o viejos. Tenían casas separadas para hombres y mujeres, aunque algunos (belgas, holandeses y en Koln) eran sólo masculinos y trabajaban telas, por lo que eran llamados tejedores o begardos. En el s. XV desaparecieron con la crisis industrial. 

Los “Hermanos del Libre espíritu”, llamados “heréticos” o “vagabundos alemanes” eran imitadores de los cátaros y fueron citados por primera vez en una crónica de Colonia (1209) englobando cátaros, panteístas y quietistas del norte de Francia. Exaltaban la pobreza voluntaria y vivían de limosna. Eran panteístas o quietista que buscaban la inocencia perdida del paraíso terrenal y la deificación formal practicando la libertad de espíritu y de la carne (el amor libre). Después del Concilio de Vienne, la Inquisición los hizo desaparecer. 

En Italia, Catalunya y Provence se llamaban los “espirituales franciscanos” y sus sucesores los “fratricelos” eran místicos visionarios influidos por Joaquín de Fiore que enseñaban que la Iglesia vaticana, carnal y pecadora, ya había cedido a la Iglesia del Espíritu Santo. Llevaban hábito gris (lana no teñida) como san Francisco de Asís por lo que los franciscanos cambiaron al hábito marrón, no por infidelidad, sino por prudencia, para que la gente supiera quién era quién. Los fratricelos fueron aprobados por el papa Celestino V en 1294, separados de los franciscanos. Al morir san Francisco, ya había dos tendencias: los rigoristas y los mitigados llamados "La Comunidad", más numerosos. En el Concilio II Lyon (1274) corría el rumor de que Gregorio X pensaba concederles el tener alguna cosa en común. Los rigoristas se enfadaron y fueron exiliados en 1290 a Armenia y despojados de sus hábitos; se convirtieron en visionarios, pseudo profetas que anunciaron la destrucción de la gran Babilonia (Roma) y el triunfo del monaquismo sobre el sacerdocio. Bonifacio los disolvió en 1295 aunque coletearon hasta 1466.

Los “apostólicos” fueron unas sectas extravagantes y radicales que habían sido ya detectadas en el “Panarion” de san Epifanio, más o menos dependientes de los encratitas, que rechazaban el matrimonio como impuro y negaban la reconciliación de los apóstatas, de los adúlteros y de los homicidas. Condenaban toda propiedad privada y declaraban obligatorio para todo cristiano la renuncia a los bienes materiales. Agustín y Juan Damasceno dieron cuenta de ellos. De nuevo en 1114 se descubrieron en Soissons, llegados de Oriente a Francia por Italia. Era una sociedad secreta que no admitía la Encarnación, ni los sacramentos, condenaba el matrimonio mientras sus miembros se entregaban a prácticas inmorales, gloriándose de llevar la vida de los primeros apóstoles. Quizá a los templarios se les calumnió atribuyéndoles falsamente la realidad de esta secta. En Colonia (1143) también se detectó otra secta parecida, una sociedad secreta denunciada por Bernardo de Claraval en los sermones 65 y 66 sobre el Cantar de los Cantares. 

Savonarola

Joaquín de Fiore (+1202 con 72 años), a los 25 años entró en el Cister como portero; luego se trasladó a un cenobio donde se ordenó sacerdote y fue abad de Calabria cinco años. Del 82 al 86 los papas le animaron a escribir. En el 91 se separó del Cister y empezó la Congregación florense aprobada en el 96. Al morir recibió culto público pero la Iglesia romana nunca lo reconoció. Se creía ser el Elías y el Juan Bautista de entonces; interpretaba la Sda. Escritura con método alegórico porque todo allí es símbolo y llegó a las exageraciones conocidas: El Nuevo Testamento era para él símbolo de la «tercera edad», la del Espíritu Santo, la del amor y la verdad que sucedía a la segunda, la “edad del Hijo”, la de la gracia. El Antiguo Testamento fue “la edad del Padre”, la época del temor. Dante, en su canto XII del Paraíso, lo colocó entre Tomás de Aquino y Buenaventura. En el Renacimiento influyó en Savonarola, en Nicolás de Cusa y en Wiclef y posteriormente le siguieron los socialistas “saint-simonianos” (Lessing) y los idealistas alemanes como Schelling. 

Fratrum unitas fue la fusión de la “Unidad de hermanos” con “Jednota Bratrská”, secta fundada por Pedro Chelcicky (+1460 con 70 años), un rico propietario de Bohemia que, inspirado en los valdenses, arremetió contra la Iglesia oficial corrompida desde Constantino por lo temporal. Decían que el culto a la Virgen y a los Santos es una aberración así como la Exposición del Santísimo y la esplendidez de la Liturgia. Proponían huir de la ciudad al campo y consideraban pecado mortal hacer la mili, ser político, vestir elegante y divertirse. Veían la Ciencia como cosa inútil y peligrosa y sólo el trabajo manual es algo digno. La secta la inició Gregorio, sobrino del obispo de Praga, yendo con un grupo de laicos a Bohemia oriental en 1457, en la parroquia del cura Miguel. Ya en Lhotka se separaron de Roma ordenando tres obispos suyos por un valdense. Su ley única eran las Bienaventuranzas, hacían vida comunitaria y apostolado en las familias y entre profesionales. En la década de los 90 se habían roto en dos y el grupo pequeño (su jefe se llamaba Amós) se aferró a los estrictos 6 mandatos de las Bienaventuranzas. 

El grupo grande, en 1500 era de unos cien mil en 400 comunidades pero su segundo jefe ya empezó a mitigar y con el tercero se infectaron de “Reforma”. En 1535 redactaron un credo luterano, en 1624 conocieron el exilio y en el 28 -con la re-catolización de Bohemia y Moravia- se hicieron clandestinos y se exiliaron a Polonia, Silesia y Hungría. Duraron 167 años. Algunos de Moravia, resucitados por Christian David, se establecieron en 1722 en el monte Hut con permiso del conde Zinzedorf y fueron llamados los Hernutitas. Eran artesanos pietistas que atraían a oprimidos. Su Teología de la cruz y el amor al prójimo quería dar solución a problemas sociales. En 1727 fundaron un orfanato y desde el 82 escuelas-internados. Las Hermanas servían a necesitados y refugiados. En 1732 ya había sido el primer grupo misional “reformado” para esclavos negros y esquimales. El 31-XII-1965 eran 326.607 también extendidos por Prusia, Inglaterra y USA. Hoy sus "consignas", se editan en calendarios populares de sobre-mesa. 

Los universalistas parecen movimientos intelectuales procedentes del humanismo español de J. Valdés, M. Servet, etc., y del humanismo italiano de Padua, Venecia y Vicenza. En Venecia hubo un foco anabaptista y fueron expulsados de la ciudad en 1550 con lo que Camilo Renato huyó a Suiza; Francesco Stancaro se fue a Polonia como profesor de la Universidad de Cracovia cuyo rey Segismundo (1548-72) era tolerante. Los jesuitas empezarían después ahí la recuperación católica pues había muchos nobles y teólogos infectados. 

Los universalistas negaban la eternidad del infierno y reactualizaron la apocatástasis de Orígenes y su restauración universal de todo en Dios. Todo hubiera acabado si no hubiera llegado Socino que organizó en Rakow una comunidad y en 1652 hizo un Catecismo que copiaron los ingleses "latitudinarios", antigua tradición biblística inglesa. De allí saltó a USA radicalizándolo el predicador Chauning, formado en Europa, en la escuela de Kant y Fichte. Quedó allí como movimiento ético natural de donde brotaron los “universalistas”. 

Desde 1955 todos estos grupos estuvieron integrados en los unitarios que decían promocionar las verdades universales recibidas de los profetas y maestros de la humanidad y sintetizadas de manera inmortal en la herencia judeo-cristiana con el principio del amor a Dios y a los hombres. Al defender la unicidad de personas divinas, negaban la Trinidad; los anabaptistas eran los más radicales entre ellos pues negaban toda investigación intelectual religiosa y acababan afirmando cosas que no están dichas en la Biblia. 

En Suecia, el obispo luterano Emmanuel Swedenborg (1688-1772) fundó con esta perspectiva la "iglesia de la Nueva Jerusalén" y en USA la sostuvieron la mayoría de los unitarios. Así John Mesrray (1741-1815) fundó la "iglesia independiente cristiana de los universalistas" que se oponía a la predestinación calvinista; duró poco tiempo. Hosca Ballon (1771-1852) la impulsó y en el 99 se concretaron cinco puntos que sin embargo por su Filosofía no quisieron llamar “artículos de fe": 1- paternidad universal de Dios. 2- autoridad y liderazgo del Hijo de Dios. 3- credibilidad de la Biblia por tener Revelación. 4- certeza de la justa retribución por el pecado. 5- armonía final de todos con Dios.

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