Algunes iniciatives ideològiques
Al segle XIX, com a reacció cristiana francesa contra el racionalisme, que afirma el paper exclusiu de la raó humana com la cosa vàlida per la certesa, van brotar el Fideísme i el Tradicionalisme que no són dos sistemes complets. El Concili Vaticà I volia aclarir les coses.
El Fideísmo no tiene claro qué es la fe y sus defensores eran en
su mayoría conversos que habían leído la Biblia. Luis Eugenio Mª Bautaín (el líder), Isidoro Goschler,
Teodoro de Ratisbona, Julio Laval, Adolfo Carl, etc., no aceptaban como válidos
los clásicos argumentos racionales apologéticos para demostrar la existencia de
Dios pues, para ellos, la razón carece de absoluta certeza. Los milagros y las
profecías no sirven para demostrar la divinidad de la Revelación. Pero antes de
escribirse la Biblia había una revelación no escrita sino oral, hablada, que llegaba
a todas partes. Para el fideísta la fe llega con la fusión del dato revelado y
el deseo innato de verdad y con fe estamos en el campo de las verdades supremas
sobre las que ahora se puede filosofar; la razón sólo puede estar en el nivel
de los fenómenos.
A Bautaín le examinó de su apología su obispo Mons. Lepappe de Trévern en 1834 y al empezar el curso, en septiembre, anunció a todo el clero que lo expulsaba como profesor del Seminario con todos sus secuaces y los denunciaba al episcopado francés y a la Santa Sede. En el 35 contestó el cuestionario con subterfugios, Roma le examinó en el 44 y entonces hincó la cabeza (Dz-Sch. 2751-56).
El Tradicionalismo era un sistema que partía de la misma idea de la incapacidad de la razón para lo espiritual. La fidelidad a la fe, que se transmite por Tradición viva desde siempre y antes que por escrito, la garantiza el sentir común general de los hombres que es el intérprete infalible de la Tradición o sea del contenido de fe.
En
España brotó el Krausismo
traído por Julián Sainz de los Ríos
en su discurso en la Universidad Central en Madrid en el curso 1857-58. Durante
su estancia alemana en el 43 conoció a Kraus (1781-1832), un alemán de poca
fama en Germania que difundía el hegelianismo incipiente. Era un fenómeno
cultural laicista de los que buscaban otra Filosofía práctica no tradicional, y
trabajaban la Pedagogía para construir una nueva Antropología.
El abanderado posterior fue Francisco Giner de los Ríos que puso la primera piedra de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) cuando fue apartado de su cátedra por la circular del Ministro de Instrucción pública (1875) dirigida a todos los rectores y que decía que estaba prohibido enseñar algo contrario el dogma católico. Como defendían la libertad de cátedra, fueron dejando la Universidad González Linares; Montero Ríos, Calderón, Castelar, Salmerón, Azcárate, Moret, etc.
La ILE empezó en 1876 con rango universitario pero
cuajó también en la Enseñanza media y duró 60 años (1876-1936). La primera
etapa fue de los maestros; la segunda de los primeros alumnos y una tercera de
discípulos y admiradores como los hermanos Machado, Azorín, J. Basteiro, que
ocupaban puestos clave en la política de la II República mientras en el mundo
cultural influyeron JR Jiménez, Pérez de Ayala, Azaña, Américo Castro, Ortega y
Gasset y la "Revista de Occidente". En 1910 se abría la Residencia de
estudiantes, idea de Giner que empezó con 11 miembros y en el 14 necesitaba 5
pabellones y muchos estudiantes se quedaron sin plaza.
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| Gioberti |
El Ontologismo es una palabra empleada por el italiano Vincenzo Gioberti en 1844, en su libro de “Introducción a la Filosofía”, editado en Bruselas, con el que se opone al Psicologismo y al Racionalismo cartesiano. Dice que tal término sirve para designar la palabra acertada "para quien quiera filosofar correctamente". Afirma, en el orden del conocimiento, el primado de lo inteligible frente a lo sensible. El supuesto inicial del conocimiento no es ni lo sensible ni lo psíquico pues el cogito como intuición o dato inmediato en la conciencia, no puede ser aceptado como verdad primaria.
Organizó el orden jerárquico de los seres y los grados ascensionales del conocimiento partiendo de que el Ser infinito, eterno y absoluto, Dios, y las ideas universales, eternas, infinitas y absolutas, son el objeto directo e inmediato de la inteligencia humana. O sea que es un cartesianismo anti-cartesiano. Lo impulsaba el Cardenal J. S. Gerdil (1718-1802) para ir contra el Jansenismo y contra el Cartesianismo pero por la línea de Malebranch quien había infectado a los Oratorianos, v.gr. Thomassin (1619-95). Los gérmenes venían desde Platón y se presentaban como una explicación cristiana de la realidad. A finales del siglo XIX tuvo muchas controversia y el Cardenal Zigliara, decidido adversario, explicó lo que quería decir este ontologismo que anula totalmente el orden sobrenatural positivo y cae en un panteísmo. Hubo una versión que defendía Rosmini aunque nadie hoy, ni Rosmini mismo, se consideraría ontologista.
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| Kierkegaard, Dostogeusky, Nietzche y Sartre |
El Existencialismo cristiano contemporáneo de Sören Kierkegaard (1813-55) tuvo un toque ontologista, en cambio, en absoluto son ontologistas el Intuicionismo y la experiencia mística del estado religioso, cuando el alma es transformada, entra en contacto con Dios, está en Dios.



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