França després de la Revolució

 

El 1795-99 va ser l'etapa del Directori en la que es va redactar un altre Constitució i es va voler reorientar el govern eliminant l'intervenció popular en alló polític. La persecució va amainar una mica, ja no s'exigia el jurament als capellans i sortien del amagatall els religiosos fins al 97 en què es va fer una altre batuda de deportacions. També el 27 de maig del 97 es guillotinava el cap comunista ("els iguals") François Nöel Baboeuf. Van ser 4 anys en què es van desfermar les passions de l'esquerra perquè se'ls va arrabassar els seus èxits i de la dreta perquè volien que no se'ls trepigessin els seus drets. Va destacar Barras que va fer front a les conspiracions i va vèncer al partit realista amb el cop d'Estat de 4-IX-1797 i a partitl jacobí l'11-V-98.  Al final tot era res més que el trionf de la burgesia.

Parecía que iba a estallar la guerra entre Francia y el Vaticano pero el joven general Bonaparte pisaba Italia y, sorprendentemente, firmaba con el Papa el armisticio de Bolonia en 1796 a cambio de una fuerte indemnización económica. El contento Papa escribió a los católicos franceses que aceptasen la República pero, a la vez, se negaba a aceptar las exigencias del Directorio que implicaban reconocer la “Iglesia constitucional”. De nuevo Napoleón tomaba Roma y se firmaba el Tratado Tolentino en 1798 con el que los Estados Pontificios, amputados, conservaron su libertad. Pero la paz duró un año pues en febrero de 1798 entró el general Berthier instalando en Roma el régimen republicano y suprimiendo la soberanía papal: era el precedente de la llamada «cuestión romana».

En 1799-1804 hubo el Consulado pues Napoleón dio un golpe de Estado (10-XI) con su hermano y disolvió el Directorio y el Consejo de los "500" y constituyó un gobierno provisional. Eran años en que desapareció la inseguridad económica y el desorden administrativo mientras se desvanecían los planes de liberalismo y se afianzaba la oligarquía burguesa. En plebiscito se eligió a Napoleón por 10 años (sólo 1.562 votos en contra). La Constitución la redactó el obispo Sieyes y se crearon los Liceos o Institutos de 2ª enseñanza.

Napoleón I Bonaparte nació el 15-VIII-1769 en Córcega, Ajaccio, y murió en 1821 con 52 años. Para hacerse francés, desde 1793 firmó sin la u de Buonaparte. Su familia le pudo pagar estudios en Francia y allí sus colegas se reían de él por lo raro de su habla. A los 15 años ingresaba en la Academia militar de París para ser artillero y ya se le conoció como "raro" pues comía una vez al día, dormía poco, no buscaba diversiones ni placeres. Afirmaba que "si los dioses librasen al mundo y al hombre del amor: ¡qué felicidad!" y dijo que allí se lo pasó fenómeno: “nunca di tantas bofetadas”. A los 16 era enviado como oficial a Valence destacando como experto como nadie en táctica artillera.

Napoleón impulsó la masonería cuyo Gran Maestre era su hermano José. Algunos no quieren dar a ellos todo el protagonismo de estos hechos revolucionarios pues, de ser así, todo hubiera sido una conspiración suya. De todos modos, parece que el cambio era necesario y no es sólo una confabulación pero es cierto que sus ideas eran llevadas por doquier por los inquietorros y los acontecimientos iban a su favor por lo que los impulsaron activamente: si no lo montaron ellos, les salió que ni pintado. 

El Concordato entre Napoleón y el Papa 

El Concordato entre Napoleón y Pío VII firmado el 15.VII.1801 (primero llamado Convención) sustituía el de 1516, sirvió para un siglo y se hizo en condiciones sorprendentes: Contemplaba una nueva estructura eclesiástica con sólo 60 diócesis, exigía que todo obispo anterior sea depuesto y el Cónsul volvió a tener el derecho de nombramientos. Además una cláusula ponía fin al problema de la desamortización, la Iglesia no reclamaba lo perdido, el Estado le reconocía el derecho a poseer y adquirir y se comprometía a subvenir en lo material al clero. Por último, se reconocía la religión católica como la de la mayoría. Costó mucho ponerse de acuerdo para redactarlo y costó más aplicarlo. El Papa pidió la dimisión de todos los obispos del Antiguo Régimen y aceptó reducir el nº de diócesis. Se resistieron sólo dos obispos que formaron la Pequeña Iglesia que ha durado hasta hace poco. Sin embargo Napoleón restringió la libertad religiosa añadiendo los famosos Artículos Orgánicos (de la mejor tradición galicana) reuniendo todos los puntos que el Papa no aceptó: 1º) exigía placet civil a todo decreto eclesiástico. 2º) exigía enseñar en los seminarios el galicanismo y 3º) también exigió apelar a un tribunal civil las sentencias eclesiásticas.

Elevado a Emperador, Napoleón quiso reforzar su autoridad y prestigiar su nuevo Régimen haciéndose consagrar por el Papa que fue a París, a pesar de la protesta de muchos curiales, en XI-1804. Fue un viaje sin los frutos apostólicos que buscaba. En febrero 1808 Napoleón invadió los Estados Pontificios como jugada de ajedrez ante la necesidad del bloqueo contra Inglaterra; esta anexión napoleónica de los Estados Pontificios trajo la excomunión de cuantos habían intervenido, sin que el texto citara a Napoleón. Nadie ha aclarado si la prisión de Pío VII (el 20 de julio) fue un error en las órdenes o una tajante orden del Emperador. El Papa fue atacado en el Quirinale y exiliado hasta Sabona mientras se llevaron a París a varios Cardenales: parecía que iban a proclamar París la nueva cabeza de la cristiandad en vez de Roma. Con todo, el Papa concedió institución canónica a los obispos nombrados por Napoleón debido a la cantidad de plazas vacantes.

El Emperador se montó un tribunal y se anuló su boda con Josefina (lo que rechazó el Papa) y luego se animó a convocar un Concilio nacional. Los prelados resistentes fueron encarcelados; los otros lograron cambiar la redacción final y dejar que esas conclusiones del Concilio las refrendara el Papa. Este se mostró conciliador pero las exigencias del Emperador hicieron imposible el acuerdo final. 

El fracaso en Rusia hizo a Napoleón darse prisa para arreglar su conflicto con el Papa y en el año 1813, en Fontainebleau -donde lo tuvo prisionero- arrancó (por métodos aún no conocidos) que el enfermo Papa aceptase un nuevo proyecto de Concordato -con todo a su favor- y que luego sancionó como ley imperial (aunque el Papa se retractase) a cambio de devolver al Papa sus Estados Pontificios. El Papa regresó a Roma cuando los aliados estaban a las puertas de París en marzo del 1814.

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